En el marco de la reestructuración bancaria en la España de 2011, a Caixanova le sumamos Caixa Galicia y creamos Novacaixagalicia.
Respecto al logotipo elegido, éste representaba de forma simplificada un mapa de Galicia, formado por 2 franjas o «velas»: una de color azul (antiguo color corporativo de Caixagalicia) que representaba a la Galicia costera, y la otra de color verde (antiguo color corporativo de Caixanova), y que representaba a la Galicia del interior. Se buscaba un equilibrio entre una caja y la otra, entre el norte y el sur, tratando de aunar elementos de ambas, sin perder el espíritu de «galleguidad». Se trataba de mostrar una caja con fuertes raíces en Galicia, pero con proyección en toda España y en el exterior.